Alfonso Reyes
Alfonso Reyes nació el 17 de mayo de 1889 en Monterrey, México. Su padre, el general Bernardo Reyes, era por entonces gobernador del estado de Nuevo León y de y Doña Aurelia Ochoa de Reyes. Estudió en la escuela Manuela G. Viuda de Sada, el Instituto de Varones de Jesús Loreto y el Colegio Bolívar, y el bachillerato en el Liceo Francés de la Ciudad de México, y estudió Derecho en esta ciudad.
En 1909 fundó, conjuntamente con otros escritores como Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso y José Vasconcelos Calderón, el Ateneo de la Juventud. Cuando tenía 21 años de edad, publicó su primer libro Cuestiones Estéticas.
La Revolución Mexicana, de 1910, trajo funestas consecuencias a la familia Reyes.
En agosto de 1912 fue nombrado secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, y en 1913 fue nombrado parte de la Legación de México en Francia. Su padre participó en un golpe de estado en contra del presidente Francisco I. Madero, lo que derivaría en la lucha fraticida conocida como la decena trágica, y murió el primer día de la contienda, esto hizo imposible que Reyes pudiese regresar al país, y decidió vivir en España donde permaneció hasta 1924. Fue colaborador de la Revista de Filología Española, de la Revista de Occidente y de la Revue Hispanique. En España se consagró a la literatura y la combinó con el periodismo; trabajó en el Centro de Estudios Históricos de Madrid bajo la dirección de Don Ramón Menéndez Pidal. Una vez asentados los vientos de la revolución, la fama de Reyes en Europa llegó a México y el gobierno lo incorporó al servicio diplomático, fue nombrado segundo secretario de la Legación de México en España, Encargado de negocios en España, Ministro en Francia, y Embajador en Argentina hasta 1930, en Buenos Aires Reyes convivió con la brillante generación literaria, Victoria Ocampo le presentó a Xul Solar, Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Paul Groussac. Después fue enviado a Brasil, y en abril de 1939 presidió la Casa de España en México, una institución fundada principalmente por refugiados de la Guerra Civil Española y que después se convertiría en el prestigiado Colegio de México. Fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.
Reyes se convirtió en el principal animador de la investigación literaria en México, y uno de los mejores críticos y ensayistas en lengua castellana.
Murió en 1959 en ciudad de México, víctima de una afección cardiaca.